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366 devotional readings that will unlock the secret power to Abiding In Christ

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Reimar A.C. Schultze

Llamado a la Obediencia Archivo

Jonas Todavia Habla

Hay Níneves para todos.

Quiero compartir con usted del libro increíble de Jonás. Antes de ver los detalles de este mensaje, déjeme darle mi observación general con respecto al mensaje de Dios por medio de Jonás.

Por medio de este libro aprendemos que es más difícil para Dios asegurar que sus hijos obedezcan que es salvar al mundo. Se preocupa más por su pueblo que por el mundo o Hollywood, o la industria cervecera. Ahora permítame empezar la historia.

"Vino la palabra de Jehová a Jonás hijo de Amitai, diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí" (Jonás 1:1-2).

Observe primero que Dios es movido hasta la indignación cuando la maldad llega a cierto nivel. Ocurrió primero en los días de Noé. Tan grande fue la maldad del mundo – la idolatría, el adulterio, y la fornicación – que Dios decidió destruir al hombre menos el justo, Noé, y su familia.

La segunda vez que se vio fue en el caso de las ciudades de Sodoma y Gomorra. Dios las destruyó por la maldad que vio en ellas.

En el libro de Jonás vemos el tercer caso cuando la maldad llegó a un nivel donde Dios ya no lo podía permitir. Es importante notar que en cada ocasión Dios ofreció la redención al pueblo antes de destruirla

En el caso de Noé, le ungió para predicar por 120 años para salvar al mundo. En el caso de Sodoma, permitió que Abraham intercediera para las ciudades. En el caso de Nínive, mandó a Jonás para prevenir la retribución divina. Dios no quiere destruir su creación – ninguna persona, ni usted ni yo, no importa cuan malos seamos. Le pesa desatar su furia y perder aunque sea un alma al diablo por siempre.

Este es su dilema: su santidad demanda retribución y su amor grita por la misericordia. Esta batalla ocurre dentro de su corazón y hablando metafóricamente le rompe el corazón. Mientras sigue usted a Jesús también tendrá estos sentimientos.

Entonces, en vez destruir la ciudad de Níneve, el primer plan de Dios fue ofrecerle la redención. Así trabaja Dios. Su amor siempre precede su furia; y cuando es bien recibida, la furia se evita.

En esta condición Dios buscó un hombre, un profeta. Buscó un hombre escogido y ordenado para darle el mensaje que vaya a Nínive y les predique que se arrepientan de su maldad.

Observe que según lo que leemos en la Biblia Jonás siempre había estado dispuesto a hacer lo Dios le mandaba. Si no, Dios no lo hubiera llamado a ser profeta. Hasta este momento siempre había sido obediente. Pero el llamado a ir a predicar a los habitantes de Níneve pegó contra un muro en el corazón de Jonás.

Usted es un servidor de Jesús, un sacerdote, y un rey en su reino glorioso. Tiene un buen record de obediencia, de escuchar, y de actuar. ¿Pero le ha traído Dios ante un muro en su propio corazón para derribarlo y le ha dicho que no? ¿Alguna vez le ha dicho a un amigo que está dispuesto a hacer lo que Dios le diga con la excepción de una cosa? Por ejemplo:

Nunca perdonaré a mi padre por abusarme... Jamás venderé la casa de mis sueños para entrar al ministerio... Nunca seré misionero... En ningún momento consideraré hacerme parte de un grupo de oración o ser maestro de la escuela dominical...

Piense en lo que más amas – después de Jesús – en lo que más le place. ¿Estás dispuesto a rendirlo? Si no, es prueba de que compite con su amor por Jesús y su crecimiento espiritual se estancará.

¡Vaya a Nínive! ¿Existe un Nínive en su vida que has tratado de ignorar?

Yo creo sin duda que Dios está llamando a sus servidores a ir de un Níneve a otro. Es la cruz que Jesús mandó tomar a sus discípulos y si lo tomamos recibiremos una cruz y nos sentaremos con el en su trono (Apocalipsis 3:21). Será un heredero de todo su reino.

¡Que difícil fue convencer a Jonás a ir a Nínive!

Al otro lado del muro que existía en su corazón habían miles de personas listas para arrepentirse si lo derrumbaba.

¿Qué hay al otro lado de la cruz que Dios le pide cargar? ¿Se puede decir? ¿Es grande o pequeño? ¿Temporal o eterno? ¡Vaya a Nínive!

Dirijo mi mensaje a los Jonases, a los que normalmente son obedientes y aman a Jesús; los que están sintiendo un nuevo llamado pero por primera vez quieren montar en un barco con un destino a Tarso en vez de Nínive.

El primer error de Jonás fue comprar el boleto de viaje para Tarso. La Biblia dice que "Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová" (Jonás 1:3).

En el momento que le decimos "no" a Dios estamos en oscuridad espiritual, apagándose la luz que teníamos. ¡Nunca diga "no" a Dios! En ese momento te haces el tonto. Jonás empezó a huir de Dios aun sabiendo que era malo.

Dios dijo, "Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra. Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; aun la noche resplandecerá alrededor de mí. Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día; lo mismo te son las tinieblas que la luz" (Salmos 139:8-12)

Como profeta, Jonás conocía los salmos. También conocía a Dios – hasta ahora. Cuando fue a Nínive dejó de conocerle. Jonás pensaba que podía huir de su llamado y su presencia, que si salía de Israel salía de su alcance. Pero la Biblia dice, "De Jehová es la tierra y su plenitud" (Salmos 24:1).

Cuando Jonás se subió al barco, Dios mandó una tempestad muy fuerte. Cuando desobedecemos a Dios y no vamos a nuestro Nínive inmediatamente ponemos a riesgo las vidas de cienes hasta miles de personas. La tempestad causó destreza y temor hasta que los marineros empezaron a orar a su Dios. Solo quedó un hombre que no oraba – el profeta de Dios.

Cuando desobedecemos, dejamos de orar y entramos en una ceguera espiritual donde no sentimos el daño que le estamos haciendo a la iglesia y al corazón de Jesús.

Puede ver ahora como es más fácil salvar al hombre más pecador que convencer al cristiano a tomar su cruz.

De repente Dios no solo veía la maldad y la rebelión dentro de los corazones de los que vivían en Nínive, pero también en el corazón de su propio servidor, Jonás. ¡Cuan grande es el amor y la paciencia de Dios!

¿Qué tanto tuvo que hacer Dios para guiar a Jonás?

Mandó una tormenta.

Preparó un pez inmenso.

Ordenó que el pez tragara a su servidor.

Le secó y casi le ahogó antes de que obedeciera.

¡Aleluya! Al final, los Nineveos se arrepintieron despúes del primer sermón y fueron transformados en nuevas criaturas. Lo triste de esta historia es que Jonás murió si haberse arrepentido por completo. Sus ultimas palabras fueron, "Mucho me enojo, hasta la muerte" (Jonás 4:9).

Entonces, amigo mío, el problema más grande no es Hollywood, ni la industria cervecera, ni la pornografía. El problema más grande que tiene Dios es la desobediencia de sus propios hijos. Así que, el secreto del avivamiento es este:

"Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra" (2 Crónicas 7:14).

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